Fútbol como resistencia
- Martín Anguita
- 6 may 2020
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 16 may 2020
Hoy se cumplen 75 años de la liberación del campo de concentración nazi, Mauthausen, ubicado en Austria. Aquí, en el sitio donde asesinaron a 120.000 personas, también se jugó fútbol, es más, muchos se salvaron por hacerlo.
En plena II Guerra, los soldados de la SS, encontraron una manera de entretenimiento a través de partidos de fútbol que se disputaban los domingos, el día de descanso. Los encuentros se jugaban en Appelplatz, la plaza principal de Mauthausen donde los presos formaban cada mañana. Los nazis se encargaban de las indumentarias.
El árbitro, el encargado de impartir ‘justicia’, era un preso vigilado por soldados. Según la memoria de Alfonso Maeso, cautivo en Mauthausen, cuenta que con el juego podían desprenderse por dos horas del maldito traje rayado.
Relatos de algunos sobrevivientes de este campo de concentración hacen hincapié que el fútbol fue utilizado como método de resistencia e instinto de supervivencia, ya que los soldados nazis trataban mejor a los futbolistas porque los querían en buenas condiciones para jugar.
Por estos días existen muchas formas de resistencia, pero particularmente, el fútbol es una de las que más me llama la atención, porque permite a la clase baja y a los reprimidos instaurarse en la órbita de la clase dominante. Algunos dirán que nos adormece, pero ese es otro cuento. Acá hablo de resistencia, no de victoria. Sin embargo, para mí, la resistencia es la victoria.

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